Sachsenhausen fue el primer campo de concentración cerca de Berlín y uno de los más relevantes de la Alemania nazi. Aquí te contamos su historia, cómo fue convertido en prisión y luego, en un memorial que recuerda a todas las víctimas y que puedes visitar en la actualidad.
Durante la II Guerra Mundial, los nazis crearon muchos campos de concentración por toda Europa. Algunos de ellos eran para trabajos forzados y otros, para el exterminio. Pero el Campo de Concentración de Sachsenhausen, fue considerado como el prototipo modelo para establecer los ideales del régimen nacionalsocialista y contarle al mundo cuáles eran sus claras intenciones.
La mejor manera de entender el horror de este lugar, es haciendo un free tour a Sachsenhausen. Durante una visita guiada de 6 horas, te podrás sumergir en una de las partes más oscuras de la historia de Europa.
El Campo de Concentración de Sachsenhausen fue construido en 1936 en la ciudad de Oranienburg, a 35 kilómetros de Berlín. Se creó bajo la idea de ser un campo modelo para los ideales de la SS (Schutzstaffel) y la Gestapo, la policía política del estado nazi.
Más de 200.000 personas fueron recluidas en el Campo de Concentración de Sachsenhausen entre 1936 y 1945. Al principio, eran presos políticos opositores al régimen, pero luego llevaron a grupos que los nazis consideraban inferiores como judíos, sinti, romaníes, homosexuales y prisioneros de guerra aliados. Se llegó a contabilizar poco más de 20.000 mujeres y el 90% de los internos eran extranjeros, sobre todo de la Unión Soviética y Polonia.
Miles de internos murieron a causa del hambre, las enfermedades, los trabajos forzados y experimentos médicos. La SS comenzó a probar las operaciones de exterminio con “la unidad de disparos en el cuello” y con la cámara de gas que se construyó en 1943 y a la que llamaron la “Estación Z”, para marcar un cínico fin.
La evacuación del Campo de Concentración de Sachsenhausen comenzó en la madrugada del 21 de abril de 1945. Fueron liberados 3.000 internos enfermos, así como enfermeras y médicos que habían quedado atrás en el campo. 300 de los ex reclusos del campo no sobrevivieron a su liberación.
Tras la II Guerra Mundial, el lugar fue usado por el Servicio Secreto Soviético. Desde 1945 hasta 1950 llegó a conocerse como el Campo del Silencio y de los 60.000 internos que “vivieron” allí, al menos unos 12.000 murieron por las hambre, enfermedades y las deplorables condiciones del campo.
Fue en 1961 cuando el lugar comenzó a ser recuperado para convertirse en museo y memorial en recordatorio de las víctimas.
El Museo y Memorial de Sachsenhausen permite conocer la historia en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos. A través de 13 exposiciones podrás adentrarte en los orígenes de este campo de concentración de Berlín, saber más del campo especial soviético y la historia del propio memorial.
El recorrido es fuerte y emotivo. Podrás caminar entre las instalaciones, escuchar la historia y revivir el horror. Algunas de las paradas más relevantes del campo son:
La torre de vigilancia principal del campo. Por allí era el acceso de todos los prisioneros a las diferentes celdas.
Hoy convertido en el Museo de la Resistencia, el barracón 38 era el lugar donde hacinaban a los prisioneros judíos. Aquí se puede ver las literas y lavabos que fueron reconstruidos según los datos de algunos supervivientes.
Era el edificio destinado a ser una cárcel y donde encerraban a los prisioneros más importantes. Aquí, además, era donde la Gestapo torturaba y asesinaba sin control.
En todos los campos de concentración nazi había espacios destinados para experimentar con los internos: mutilaciones, esterilizaciones y otros horrores que, normalmente, terminaban en la muerte.
Aquí permanecen las ruinas de los hornos crematorios y las bases de la antigua cámara de gas. Era el lugar por el que “salían” los prisioneros, luego de ser engañados.
Sin duda, visitar este lugar es una experiencia emotiva e imprescindible. Apúntate al Free tour de Sachsenhausen y recorre el campo de concentración junto a un guía experto en español. (Es mucho más enriquecedor que hacerlo por cuenta propia).
Si estás planeando un viaje corto a Berlín, no dejes de incluir una visita al Campo de Concentración Sachsenhausen. Si bien hay mucho que ver en Berlín en 3 días, este recorrido no te dejará indiferente y entenderás una gran parte de la historia.