Existen pocos lugares en el mundo donde la espiritualidad religiosa y el arte converjan de manera tan sublime como en La Capilla Sixtina. La decoración del recinto es una de las muestras más extraordinarias de frescos pertenecientes al periodo renacentista, en especial la bóveda, que fue el reto más grande al que se enfrentó el artista Miguel Ángel.
La Capilla Sixtina es un lugar extraordinario que toda persona debería visitar si tiene la suerte de viajar a la capital italiana. No importa si haces un viaje exprés y sólo puedes ver Roma en 3 días, estamos hablando de la capilla más famosa del mundo y uno de los principales monumentos de Roma, así que presta atención porque es uno de esos lugares imprescindibles.
Forma parte de la visita habitual de los Museos Vaticanos.
Es el lugar donde se celebra el cónclave para elegir a un nuevo papa, además, concentra frescos de valor incalculable realizados por algunos de los mejores pintores del renacimiento como Sandro Boticelli, Pietro Perugino, Cosimo Rosselli y, por supuesto, Miguel Ángel.
La actual Capilla Sixtina fue construida entre los años 1.473 y 1.481, por el arquitecto Giovanni de Doici, sobre el terreno que ocupaba una capilla anterior llamada Cappella Maggiore, luego de que el papa Sixto IV ordenase su demolición debido al mal estado en que se encontraba.
Arquitectónicamente hablando, sólo se conocen las dimensiones internas de la capilla. Tiene 40,9 metros de largo por 13,4 metros de ancho, las mismas dimensiones del Templo de Salomón según el Antiguo Testamento.
A nivel artístico, La Capilla Sixtina es uno de los máximos exponentes del renacimiento. En la pared del norte se encuentran frescos que representan la vida de Cristo, mientras que en la pared opuesta la narrativa gira en torno a la historia de Moises. Sus autores son Sandro Boticelli, Pietro Perugino, Cosimo Rosselli y Domenico Ghirlandaio (entre otros). Todos considerados maestros pintores del periodo renacentista.
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En primera instancia, el techo de La Capilla Sixtina estaba decorado con un cielo azul estrellado obra del pintor Piermatteo d’Amelia, pero treinta años más tarde, apareció en la bóveda una enorme grieta, el papa Julio II ordenó repararla y encargó a Miguel Ángel que la pintase.
Miguel Ángel pasó más de un año creando bocetos hasta que perfeccionó el diseño de una complicada arquitectura simulada donde incluyó la narrativa del Génesis. El trabajo en sí fue una pesadilla. Miguel Ángel desconocía la técnica del fresco y tuvo que pedir consejos a Giuliano da Sangallo y a Francesco Granacci.
Por otra parte, el papa sólo le pagó al artista cuando el trabajo fue acabado, así que durante cuatro años (tiempo invertido en la creación de la obra), Miguel Ángel vivió en extrema pobreza.
Durante el Renacimiento, multitud de pinturas fueron censuradas por la iglesia católica. Uno de los casos más sonados ocurrió cuando el papa Pío IV, en el año 1.564, ordenó al artista Danielle di Volterra cubrir las partes íntimas de los personajes pintados por Miguel Ángel en El Juicio Final (fresco que se encuentra sobre la pared del altar de La Capilla Sixtina).
Por fortuna, esta obra fue restaurada a su estado original a finales del siglo XX.
La Creación de Adán
La bóveda de La Capilla Sixtina se encuentra dividida en nueve secciones gracias a los elementos arquitectónicos simulados que Miguel Ángel implementó para dar sentido a la obra.
Cada una de las partes de la Capilla Sixtina representa una historia del Génesis y aunque todas son una obra de arte, La Creación de Adán es sin duda una de las imágenes más conocidas del arte universal.
Otras secciones destacadas de la bóveda de la Capilla Sixtina son “El Diluvio Universal”, “Caída del hombre, pecado original y expulsión del Paraíso” y “Creación de Eva”.
La entrada a la Capilla Sixtina incluye también la visita al Vaticano por dentro. Siendo uno de los lugares más visitados de Roma, la afluencia de visitantes puede ser abrumadora. Para evitar las colas y comprender lo que encontraremos en una visita a la Ciudad del Vaticano, realmente la mejor forma es hacer el recorrido con la ayuda de un guía especializado.
La visita guiada a los Museos Vaticanos y Capilla Sixtina tiene una duración de tres horas e incluye entradas preferenciales a los Museos Vaticanos, Las Estancias de San Rafael y a La Capilla Sixtina. Una vez allí, no dejes de visitar la grandiosa Basílica de San Pedro y de admirar las dimensiones de la Plaza San Pedro, una de las plazas de Roma más impresionantes.
De lunes a sábado de 9:00 a 16:00. Los domingos está cerrado excepto el último domingo de cada mes, esos días la entrada a los Museos Vaticanos es gratuita entre las 9:00 y las 2:00, así que esta será tu oportunidad para visitar gratis la Capilla Sixtina.
Eso sí, prepárate a hacer largas colas, ya que la afluencia de personas es increíblemente alta.
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